No temeré saber
la diáspora eterna de tu llanto;
tan sólo entenderé
el cincel taladrando,
pálpito que será el pétreo canto.
¿Sabrás quererme aunque
haya días que quiebre mi pasión?
En tu pecho de yunque
cincelaré el dolor,
daré forma a una nueva canción.
Sueño que avanzas en la oscuridad
con una mano aferrada a tu puñal,
¡qué miedo me da tu amor...!
es como un thriller erótico.
Hoy has viajado conmigo,
un muchacho llevaba tu perfume
y su piel y su ropa
eran de tu mismo aroma.
35 minutos contigo,
como antes.