Ayer te vi, fuimos a un café que elegí yo, como siempre, y enseguida me di cuenta de que eras el de antes y te lo dije, y tú me preguntaste qué quería decir con eso pero yo no te lo expliqué para no herirte, porque al fin y al cabo te quiero, no como tú deseas, pero te quiero, y además ese
ser tú me inspira algo único, algo puro que nadie ha logrado despertar en mí desde que lo nuestro acabó, y sin embargo reconozco que prefiero recordarte.