la limpia piedra de la plaza
el agua que brilla para reflejar ese hotel de parís
la vereda arbolada
la bóveda de cristal y acero
y las esquinas
las sorpresas con olor a tabaco negro
la tristeza bohemia
la tarta de chocolate
aquel olor masculino con el que mi cabeza sueña
la presión
la huida
y la trompeta con sordina
el rincón soñado para amar
la confesión entre café y lluvia
el amor
la distancia que la nube ignora,
nube boba
las hojas pudriéndose en noviembre
la emoción de abril
el olvido y el rencor
mi nombre cambiado
el hombre renovado, el hombre amado,
el similar
sombras que se corren entre pieles
caras de un carnaval nocturno
penas de culpa ajena y bella
matiz
y sueño
afán de adiós.